Jakob Brandtberg Knudsen, decano de la escuela de arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes de Dinamarca, dijo a la BBC «En los últimos 150 años, la expectativa de vida ha aumentado de alrededor de 45 a 80 años y es justo afirmar que la mitad de eso se debe a la arquitectura y la ingeniería y la otra mitad, a la comunidad médica»
Muchas comodidades actuales que las damos por sentado, son el resultado de cambios que se dieron a partir de pandemias pasadas.
Cambios importantes en la construcción han permitido a gran parte de la población mundial tener acceso a agua limpia y poder manejar las aguas servidas que en el pasado fueron la causa de grandes problemas de salud para las personas. En 1866, la creación de un acueducto salvo a la mayor parte de Londres del cólera.
La cerámica vitrificada y el bronce se empezó a usar cada vez más en la construcción.
Sanitarios y cerámica plana comenzaron a ser parte más frecuente de los baños y hoy en día es indispensable porque evitan la proliferación de microorganismos y facilita la constante limpieza de los espacios.
Las manijas de las puertas se empezaron a fabricar en bronce porque se creía que tenían propiedades antimiasmáticas y hoy en día se confirma que estos materiales dificultan la proliferación de bacterias.
Las nuevas tendencias de construcción para espacios públicos están incluyendo zonas que tengan acceso rápido y directo a áreas donde podemos lavarnos las manos y desinfectar nuestro calzado, así como divisores de ambientes para controlar el distanciamiento, facilitar la tarea de servicios médicos y logística de primera necesidad.
En cuanto a las viviendas incluyen espacios para desinfección con cada vez más opciones que evitan tocar lo menos posible y tienen áreas bien definidas para el trabajo desde casa.
El rol de la arquitectura le ha dado muchísima importancia a:
- Evitar la propagación
- Asegurar condiciones higiénicas
- Contacto con accesos inteligentes